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Por qué está siendo difícil para la ciudadanía adaptarse a las apps de COVID-19

Hoy hablaremos de varias cuestiones. 1. Por qué está siendo difícil para la población, en muchos países, adaptarse a las apps de COVID-19, y 2. Qué mínimos deberían cumplir estas apps para obtener aceptación social. Mención a nuestro paper https://arxiv.org/pdf/2005.08370.pdf

Las famosas apps COVID-19 están siendo desarrolladas en medio mundo con la idea de simplificar y acelerar el proceso de identificar a personas que han estado en contacto con una persona que ha dado positivo en el test COVID-19, y servir de apoyo al rastreo de contactos manual. El objetivo, controlar y acabar con la pandemia.

El recelo hacia las apps de COVID-19 no son otra cosa que parte de un proceso normal de adaptación a una nueva tecnología, y esto ha ocurrido a lo largo de la historia de la civilización humana.

Este gráfico tan simple lo dibujó el eminente físico Edward Teller en una conversación que mantuvo con Thomas Friedman. Refleja la velocidad a la que van la adaptación humana frente a las innovaciones tecnológicas.

Friedman,T. L. (2016) ‘Thank you for being late: An optimist’s guide to thriving in the age of accelerations’, Penguin Group, London, p. 32.


Source: Friedman, T. L. (2016) ‘Thank you for being late: An optimist’s guide to thriving in the age of accelerations’, Penguin Group, London, p. 32.

Para ponernos en contexto, hace miles de años, esa curva que representa el progreso científico y tecnológico aumentó tan lentamente que la humanidad tardó una media de cien años en adaptarse a los mismos. Es decir, la vida en el siglo XI no era muy diferente a la del siglo XIII.

Este otro gráfico es sumamente interesante. Nos cuenta la evolución de la riqueza de los países a lo largo de la historia. Este gráfico nos muestra el PIB per cápita de cuatro países trazadas en función del tiempo en una escala vertical logarítmica. Aquí vemos de manera muy clara cómo la vida desde el siglo XIII al XVIII no cambió mucho.

Reino Unido sufrió cambios drásticos por el aumento de sus colonias, y en Italia estaba el centro de la Iglesia católica, lo que favoreció enormemente a su economía.




Fuente: Sibani & Rasmussen, Human wealth evolution: trends and fluctuations, 2020 (in review) https://arxiv.org/pdf/2003.11502.pdf

La conclusión a la que los autores llegan en este paper es que, el crecimiento de la riqueza se genera fundamentalmente en la COLABORACIÓN, y no en la competencia. Concretamente, se produce por las interacciones humanas, y parte de la riqueza producida se destina a tecnologías de comunicación que aumentan la cantidad de interacciones en el tiempo y, por lo tanto, aumenta la COOPERACIÓN HUMANA.

Un estudio reciente sobre el uso del móvil en función del tamaño de la población apoya esta teoría, pues utilizando llamadas de móvil como indicadores, las interacciones humanas cada vez más frecuentes se vincularon recientemente a la urbanización.

El principal hallazgo es que el número total de contactos y la actividad de comunicación total crecen de forma superlineal con el tamaño de la población de la ciudad lo que implica que, cuanto mayor es la comunidad, mayor es el número de interacciones per cápita.

Este resultado sugiere que la intensidad de la comunicación y el tamaño urbano se relacionaron de manera similar en el pasado.

Dado que el desarrollo cultural humano y la urbanización procedieron en paralelo a medida que el tamaño de las ciudades creció con el tiempo, la intensidad de la comunicación también ha crecido con el tiempo.

Si volvemos al gráfico, vemos que durante 800 años la generación de riqueza está generada por los mismos mecanismos. ¿Qué circunstancias provocaron esta situación? La “especial” relación de los individuos con Dios. La Iglesia tenía un fuerte poder sobre la población, y esto generó patrones profundos de interacción humana.

Sigamos con la discusión acerca de la capacidad de adaptación de toda una población a las nuevas tecnologías. En el año 1900, este proceso de adaptación empezó a acelerarse, y la humanidad tardó entre 20 y 30 años en adaptarse a los cambios científicos y tecnológicos. La adaptación de la humanidad a los automóviles o al avión son dos grandes ejemplos.

Más adelante, la curva empezó a ir en línea recta hacia arriba con la aparición de los teléfonos móviles, ancho de banda, la nube, difundiendo las herramientas de innovación a millones de personas en el planeta permitiéndoles que estos cambios se produjeran más rápido y más barato.

Hoy en día, la humanidad tarda una media de 7-10 años en adaptarse a los cambios científicos y tecnológicos que hacen del mundo un lugar distinto, y más avanzado. Facebook, Amazon, Airbnb, Twitter, Uber, por nombrar a unos pocos, son ejemplos de innovación tecnológica. La humanidad tardó una media de 7 años en adaptarse a estos nuevos modelos de negocio.

¿Cuál es el problema que tenemos aquí y ahora?

La tasa de cambio tecnológico ahora se acelera tan rápido que ha aumentado por encima de la tasa promedio a la que la mayoría de las personas puede absorber estos cambios. Y esto está causando angustia cultural y social.

Por lo tanto, si no conocemos de una manera clara el potencial futuro de estas tecnologías, y de sus futuras consecuencias negativas no deseadas, es (casi) imposible redactar regulaciones que promuevan avances importantes, y al mismo tiempo nos protejan de todos los efectos secundarios negativos. Simplemente, porque no sabemos cuáles son esos efectos secundarios negativos.

Si aplicamos esto a la tecnología de rastreo de contactos digital, o la app de contact-tracing, nos tenemos que preguntar: Si nos lleva años comprender una nueva tecnología y luego desarrollar nuevas leyes para salvaguardar los derechos e intereses de toda una sociedad, ¿cómo podemos regular una nueva tecnología que ha venido tan rápido?

O, algo más importante, ¿cómo van a hacer los Gobiernos para que sus ciudadanos se adapten en dos meses a una tecnología que acaba de aparecer, que no sabemos los efectos secundarios negativos de la misma, que no hay leyes que la regulen y nos protejan de una posible discriminación?  

Este es el problema, y esto es lo que está produciendo angustia social. Pero, por otro lado, tenemos que entender que este es el proceso normal de adaptación de una sociedad ante una nueva tecnología. Estamos pidiendo mucho a nuestros ciudadanos. La situación actual es esta. Las tecnologías están yendo en una dirección y a una velocidad totalmente distinta a las denominadas tecnologías sociales, que son los Gobiernos, Instituciones, Universidades, nuestra cultura, las leyes, etc. Y esta brecha está siendo cada vez mayor.

Tecnologías_físicas_vs_Tecnologías_sociales_Manuela_Battaglini
Tecnologías físicas vs Tecnologías sociales

Una vez hemos descrito la situación general, vamos a buscar soluciones. Aparece la pandemia, y se presenta como solución tecnológica la app de contact-tracing. ¿Cuál es el objetivo de Gobierno y ciudadanos? Acabar con la pandemia.

Y, ¿cuáles son los intereses que el Gobierno y los ciudadanos tienen? No, no son los mismos. Los Gobiernos quieren llegar a un equilibrio global. Esto, es obtener daros epidemiológicos y control de la pandemia.

Y los ciudadanos quieren llegar a un equilibrio local. Esto es, sentir seguridad en todos los escenarios de su vida (familia, ocio, vida social, trabajo), y no ser discriminados en ninguno de ellos.

¿Cómo conseguimos encontrar el balance entre estos dos equilibrios?

Hay otra cuestión central: Para que la app sea efectiva para contener la propagación necesita ser instalada por el 60% de la población. *Ferretti, L. et al. Quantifying SARS-CoV-2 transmission suggests epidemic control with digital contact tracing. Science 368, no. 6491 (2020).

La mala noticia es que en diferentes países esta penetración no ha sido superior al 25%.

Por otro lado, La OMS indica su temor por la discriminación, amenazas y violencia contra los grupos de individuos, o contra aquellos que por diversas razones no pueden usar la aplicación.

Como indicó Cathy O’Neil, los presos, la gente mayor o los sin techo, no serán visibles por el sistema. Los inmigrantes irregulares, que temen ser deportados, y los que no puedan permitirse quedarse en casa sin trabajar, tampoco lo harán. Que, al mismo tiempo, son los colectivos que más riesgo tienen de ser contagiados.

Además, la app no puede, por sí misma, indicar cómo es usada en nuestro puesto de trabajo, ni si nos la pueden pedir, o no, cuando accedamos a cualquier espacio físico.

Es por ese motivo que necesitamos un marco ético y social en el que esta tecnología debe ser diseñada y desarrollada. Los ciudadanos necesitan saber qué está haciendo su Gobierno, y que lo que está haciendo está bien hecho.

El marco ético pone al ciudadano al control. ¿Cómo? Sabiendo que cumplen con los requisitos legales que protegen los derechos y libertades de los ciudadanos, y que se adhieren al marco ético previamente diseñado.

Por lo tanto, aquí la clave está en la obtención de ACEPTACIÓN SOCIAL que, a su vez, es generadora de CONFIANZA.

Ricardo Vinuesa, Virginia Dignum, Andreas Theodorous y yo confeccionamos un marco social y técnico (arXiv preprint arXiv:2005.08370, 2020) dirigido a los Gobiernos con el objetivo de que la estrategia de las apps de contact-tracing sea diseñada e implementada cumpliendo los 19 criterios que definimos como indispensables, y para que los ciudadanos tuviesen el marco de referencia y puedan verificar que su Gobierno cumple tales indicaciones.

El marco ético y social está compuesto por diecinueve criterios divididos en tres grandes grupos: 1. Impacto en los ciudadanos, 2. Uso de la tecnología, y 3. Gobernanza.

Estos criterios se derivan de diferentes reglamentos y documentos de orientación y de las preocupaciones planteadas por los expertos. Cada criterio se mide en una escala de 0 a 2.

Como ejemplo de aplicación de este marco, el diagrama muestra el resultado de tres aplicaciones: Stopp Corona (la app desarrollada en Austria), NHS COVID-19 (en desarrollo en el Reino Unido) y TraceTogether (que se ha implementado y utilizado en Singapur desde el 20 de marzo de 2020). Pueden leer el paper en español aquí.

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«A socio technical framework for digital contact tracing» Battaglini, Vinuesa, Dignum, Theodorou.

Además, también analizamos las directrices del Consejo Europeo de Protección de Datos (EDPB) y evaluamos en qué medida cumplen con nuestro marco. Observamos que todas las aplicaciones tienen puntajes bajos en Gobernanza, y ninguna de ellas cumple con los criterios 15, 17 y 19, que son, a nuestro juicio, áreas importantes para cualquier rastreo de contactos digitales.

Las pautas de EDBP proporcionan una cláusula para detener el uso de este tipo de aplicaciones una vez que la situación vuelve a «normal». Esto puede verse como vago, ya que «normal» está abierto a interpretación considerando los cambios socioeconómicos que trajeron los bloqueos.

Se preferiría una fecha más clara, a menos que se tomen medidas adicionales. Las pautas EDPB también requieren el criterio 19, pero no incluyen ningún requisito con respecto al geoetiquetado (relevante para el criterio 17).

También es importante destacar la importancia de utilizar un protocolo descentralizado (criterio 7), una característica que no se muestra en la aplicación NHS COVID-19 y que no es requerida por las pautas de EDPB, mientras que TraceTogether solo lo cumple parcialmente a través de un protocolo mixto centralizado / descentralizado.

Esto es todo por hoy, gracias por leerme.

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